OLGA MARTÍNEZPoesías
El “artista” es un creador, transforma en obras tangibles la realidad que percibe a través de sus sentidos, con el fin de transmitirla a los demás.
No debe encasillarse, ni marcarse límites, debe ser multidisciplinar, por muchas razones, pero fundamentalmente porque está en su ADN y porque siente, sobre todo, la necesidad de hacerlo.
Eso siento yo, por eso, para esta página he elegido algunas poesías de mi libro y la he emparejado con mi obra pictórica, deseando que el resultado sea bien recibido por el observador sensible y que le llegue al corazón.
Gracias anticipadas por su lectura de esta mujer llena de ternura y sentimiento que os regala trocitos de su alma.
Amiga
Me pregunto amiga mía
qué motivo te hace ser
infeliz e insatisfecha.
¿Es que no lo quieres saber?
analízalo y sin fecha
búscalo conscientemente
esfuérzate en ello un poco,
es preciso, es conveniente:
Haz que salgan tus virtudes,
cualidades, que conozco,
empújalas firmemente,
empéñate en la batalla,
no dejes que pueda más
la envidia que te estalla.
Combátela,
con rayos de sol, ciégala,
con más amor,
gánala,
con más claridad de alma,
tapónala
no permitas que tu boca
cual cañón mutilador,
a otros bañe de veneno,
de rabia, de hedor,
amiga mía, ¡NO!
Soledad y Fantasmas
Creo estar sola, en perfecta soledad,
pero no es cierto,
no hay compañía física que me dé coba,
pero no estoy sola.
El mundo exterior entra sin piedad
a borbotones en mi alcoba.
Se cuela por puertas y ventanas
cortando el silencio,
robando mis horas
violando mi espacio
o haciendo que se levanten como olas
resurgiendo muy despacio
en el aire encadenadas
mis vivencias y fantasías
reales o imaginadas,
que se hablan sin palabras
de lo hecho y de mis ansias.
No estoy sola, esta mi ayer
cierro los ojos y de improviso
se proyecta sin pantalla
la película de mi vida de mujer
acompañada de extras de gran talla,
que me ayudan o envidian y sin aviso
me levantan y lastiman o ponen la zancadilla
me quieren y defienden. ¡Que pesadilla!
Recorro con la vista mi habitación no veo a nadie, sola estoy.
¡No! Están, me obligan a hacer recopilación
sacando provecho y alguna lección.
Definitivamente, sola no
dentro conmigo el embrión de mi mañana,
que debo alimentar, pues es diverso
el quehacer, mi prójimo y el gesto,
que encontraré en mi camino,
llenando de razón y con sentido el cesto
antes de que me falte la vida
sacando de él la vanidad, la tontería
introduciendo esfuerzo y credibilidad,
para que en mi viaje de ida,
Limpiamente cuadre mi contabilidad.
¿QUIÉN?
¿Quién eres tú,
pájaro sin luz,
que vuelas a mi alrededor?,
quiero saberlo y al trasluz
observo que quizás seas
monotonía, hastío, hedor,
desencanto, dolor,
penas, angustia, temor, tormento.
Pero no dejaré ni un momento
que sobrevueles más por mis venas
y te convertiré en firmamento
de luces, alegrías, conocimiento
para así romper las cadenas.
Llegaste tú
Llegaste tú
rompiendo mis telarañas interiores
revolucionando mi motor, que por parado
estaba oxidado
engrasando y dando vida
a lo que en el pasado
a la mínima ocasión buscaba salida
siempre con risas, humor, todo me divertía.
Pero por fin
¡llegaste tú!
desenterrando las voces que escondía
cubiertas de oscuridad día a día,
que amordazaba, no dejaba oír
y amontonaba, pues estaba acostumbrada
al tedio, al dejarme ir
pero, ¡aleluya!
¡llegaste tú!
dejando caer lluvia en mi sedienta alma
haciéndome sentir renacida,
provocando tempestad en esa calma,
que por demasiada, estaba adormecida.
Pero que alegría
¡llegaste tú!
dándome la justa medicina,
que sanó mi espíritu de la parálisis
al que estaba condenado,
ya no tuviste necesidad de análisis,
para dejarme sana, nueva, alegre y viva.
Punto final
Empezamos a querernos
aquellos días señalados
¿qué pasó, si estábamos
verdaderamente enamorados?
Pena profunda tú, yo
en esta nave del tiempo
poco a poco se va rompiendo
lo que tuvo un gran comienzo
monotonía, mutismo fue el martillo
certero que separó nuestro esfuerzo,
rompiendo el ideal castillo
formando astillas de cristal,
que aun queriéndolas juntar
es inútil nuestro intento
pues juntos le dimos golpes
ya es tarde, pasó el momento.
Pena profunda tú, yo
y quizás pienses por torpes
ponemos punto final,
Con pena, sin resentimientos,
a ese viaje inicial
que empezó con muy buen viento,
pero pena, tú, yo
no llegamos a un entendimiento.